Ante todo, inyectar algo de identidad institucional en estudiantes que desde pre-escolar no han sabido vivenciarla, no es tarea fácil ni mucho menos completamente resoluble. Sin embargo si podría ser perfectible, y ello sería posible gracias a la aplicación de acciones que den cuenta ante los estudiantes de lo beneficiados que podrían resultar al conservar y enaltecer su institución, y de lo perjudicados que presumiblemente terminarían en caso de degradarla.
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